miércoles, 15 de enero de 2014

El desmoronamiento de TV3 se precipita

De resultas de estar sobrerrepresentado el número de catalanohablantes en la distribución de medidores entre la población, los datos de audiencia de TV3 podrían haber sido considerablemente exagerados en los últimos años por la empresa privada que los analiza (Kantar Media), según informa Crónica Digital. Al margen de la información recogida en el punto anterior, los índices de telespectadores de la cadena pública catalana han caído en picado (del 29’9% al 13’5%) desde que se obtiene este tipo de datos. Para mí que ha influido enormemente en este desmoronamiento la percepción de muchos televidentes del descarado posicionamiento ideológico (del nacionalismo de antaño han pasado al actual ultranacionalismo: independentismo) en sus emisiones televisivas, el deliberado y sistemático arrinconamiento de la lengua propia de más catalanes (castellano), la reiterada falta de respeto a los signos de identidad de la pluralidad de catalanes y a otras comunidades autónomas (Països Catalans) y el descomunal e inadmisible déficit que arrastra y que ya no le permite retrasmitir ciertos eventos deportivos. No obstante, llegados a este extremo y conociendo las terribles inclinaciones de nuestros representantes gubernamentales en Cataluña, cabe esperar la enésima ayuda a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3, 33, Super 3, 3/24, Catalunya Radio y un largo etcétera [ninguno de estos entes públicos emite en castellano]) en forma de más dinero público a pesar de las perentorias necesidades presupuestarias de otros servicios públicos más vitales para la población o que el Govern eche mano de su archiconocido manual victimista y legisle en favor de la imposición de cuotas televisivas en locales públicos con su manida excusa del peligro de desaparición de lo que ellos llaman “la llengua propia de Catalunya”. Para terminar, no sería ocioso recordar que en esta Cataluña oficial casi nada concuerda con la realidad (no lo hacen ni los espectadores que nos dice el CEO que ven TV3, ni los independentistas que contabilizan en TV3, ni siquiera el mapa del tiempo que utilizan en TV3) salvo que para mantener esa irrealidad muchos ciudadanos catalanes (castellanohablantes y no nacionalistas) han tenido que perder demasiados derechos y libertades.

martes, 14 de enero de 2014

Las dos Cataluñas

A juzgar por los múltiples personajes históricos con los que quieren ser asociados algunos líderes independentistas de Cataluña y los continuos bandazos sobre los países que toman como referencia en su nebuloso proceso de construcción nacional, el independentismo no se sacude su sempiterna imagen de ideología oportunista, inconsistente, frívola, esperpéntica… Esto del separatismo al estilo catalanista sería para tomárselo a guasa si no fuese porque el dinero público es despilfarrado como nunca en políticas estériles por sus partidarios mientras ejercen el poder en innumerables instituciones públicas, porque los sueldos que se fijan son escandalosamente desproporcionados para los tiempos que corren o porque no pocos de ellos se dedican a algo tan serio como transgredir las leyes y a conculcar derechos inalienables a los ciudadanos castellanohablantes y no nacionalistas. En resumen, habida cuenta de cómo discurren las cosas por Cataluña, por un lado están los de la casta independentista que siguen viviendo a lo duque, como de costumbre, pero que no dudan en hacer incluso payasadas si con ello consiguen para sí algo más de poder; por el otro, el pueblo llano al que no le hace gracia estar a dos velas, pero que, salvo en puntuales ocasiones, calla.

lunes, 13 de enero de 2014

Lo que se dice una declaración de intenciones

Espero, como no podía ser de otro modo, que toda la información que proporciono en mis diferentes cuentas en redes sociales (especialmente en Flickr) sobre actividades poco éticas o explícitamente ilegales llevadas a cabo por muchos independentistas de Cataluña sirva como denuncia que conciencie al resto de la sociedad sobre estos intolerables hechos y quienes los ponen en práctica con muchísima impunidad. Por consiguiente, es normal que aspire a que dicha información sea utilizada para combatir este independentismo, pero siempre desde el escrupuloso cumplimiento del ordenamiento jurídico vigente: no es inteligente ni práctico, a la larga, renunciar a la ventaja moral que ofrece el mantenerse del lado de las leyes aprobadas en Democracia.