jueves, 13 de diciembre de 2012

¡Igualdad del tres al cuarto en Cataluña!

En Cataluña hace mucho tiempo que desde el fanatismo que demuestran muchos nacionalistas se ataca implacablemente a cualquiera que demuestre poseer cualquier atisbo de racionalidad que no vaya en la línea de permitir que la casta política de Cataluña campe por sus respetos haga lo que haga. Desde que esta estirpe nacionalista sentó sus reales en las principales instituciones públicas de Cataluña, las leyes y el sentido común no son leyes ni sentido común si no satisfacen plenamente a esa especie de nobleza de nuevo cuño en que se ha convertido la clase dirigente de CiU. Hasta tal punto eso es así, y muy en particular en cuestiones lingüísticas, que aquel que ose esgrimir los mismos argumentos que utilizaron ellos, décadas atrás, para garantizar los derechos de los niños catalanohablantes a recibir la enseñanza en su lengua materna, con el objetivo de arrancar una mínima concesión para que los chiquillos castellanohablantes gocen de alguno de estos derechos, corre riesgo de sufrir un severo escarmiento público ya al primer envite. Ahora bien, si lo expuesto anteriormente ya sorprende en dirigentes de un partido nacionalista de derechas hasta las cachas, más sorprende que desde partidos en los que se perjura ser de izquierdas (ERC, PSC, ICV) se opongan a que los castellanohablantes en Cataluña reciban la educación en su lengua materna, porque tan eficaz método pedagógico solo sería una mera distribución igualitaria de derechos inalienables, además de un precepto anhelado por la Unesco para todos los niños menores de 8 años.

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